Asunto policial
En la estancia “La Querencia”,
partido de Chascomús,
me contaron esta historia
cuando yo jugaba al mus.
Resulta que en esos pagos
todo era tranquilidad
pues la gente trabajaba
con amor y honestidad.
Mas una noche de luna
cuando dormían las viejas,
recorrió los gallineros
una astuta comadreja.
Salieron a perseguirla
el toro, el perro y el gato,
la liebre, el tero, el ñandú,
todos con gran aparato.
—¡Cuidadito que se esconde!
—se oía el grito del cuis,
mientras tanto la sotreta,
aprovechaba el desliz.
Se escapaba entre los yuyos
en el medio del bochinche.
Las gallinas, mientras tanto,
se agarraban un berrinche.
Llegó el tigre comisario
que puso en claro las cosas:
la sujetó por la cola,
le colocó las esposas.
Más ligero que volando
se la llevó tras las rejas
pa’acabar con las andanzas
de esa mala comadreja.
Como castigo ejemplar
tuvo que limpiar el suelo.
Desde las ocho a las doce,
debió batir bizcochuelo.
De ese modo sin igual
se acabaron sus macanas.
¡De andar por los gallineros
se le borraron las ganas!