Entre poema y poema, entre
maravillas y celebraciones aparece Rafael. Tomando a su habitante imaginario,
despertó sonidos y recuerdos. Paisajes y ciudades absurdas. Su mirada se
pregunta si está en el poema. A ciegas, se dice visitante de la lectura y con
sus relámpagos, la palabra serpentea entre ausencias y presencias. Con LUGARES,
busca la memoria del olvido entre los cuerpos. Para Rafael, hay lugares que se
ocultan en las sombras. Hablando de su último libro, recuerda que el anterior
hablaba de los exilios y la dictadura.
Qué es el exilio? Añade, que
pensaba que por ser poeta, nada iba a acontecer en aquellas épocas infames. Sin
embargo, el miedo no lo dejaba de sorprender. “Irse y volver”, dos palabras que
justifican al tiempo que nos engaña.
La vida es una adivinanza, dice,
un compartir la vida.
La LUNA le preguntó quién fue
Roberto Santoro. Contesta, que descubrirlo y encontrarse con la revista que
editaba, BARRILETE, pudo publicar pilas de poemas que venía escribiendo.
Su primer poeta conocido fue
BALDOMERO FERNÁNDEZ MORENO. Cuando Rafael Vásquez busca un libro, quiere
encontrar, algo que le llegue, algo que se entienda sin desmerecer toda la
poesía que se escriba.
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