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viernes, 11 de mayo de 2012

DIÁLOGOS CON BEATRIZ OLGA ALLOCATI


ENAMORADOS DE LA POESIA

DIÁLOGOS ENTRE  BEATRIZ OLGA ALLOCATI Y SILVIA PASTRANA


BOA:    Siempre nos gusta citar las palabras sabias de otros, palabras que a veces nos faltan a nosotros, a pesar de que la poesía es el tema obligado en todas las reuniones y  presentaciones de APOA.
SP:       Es verdad. Comenzamos con una visión del gran poeta Dylan Thomas, de su poema En el principio: “En el comienzo érase la palabra, la palabra / que desde las sólidas bases de la luz / abstrajo todas las letras del vacío..”
BOA:    Continuemos  con las palabras del poeta Joseph Brodsky, Premio Nobel de Literatura en 1987.  Los otros días, hurgando entre viejos papeles, encontré un recorte del año 1989 con un artículo suyo sobre la lectura y la poesía.
Decía, y citamos sólo tramos: “ El modo de desarrollar el buen gusto en literatura es leer poesía (...). Porque, al ser la forma suprema del lenguaje humano, la poesía no es sólo la manera más concisa, la más condensada de comunicar la experiencia humana; también ofrece las pautas más altas para cualquier operación lingüística, especialmente la que se sirve del papel
Más uno lee poesía, menos tolerante se vuelve con cualquier clase de verbosidad, ya sea un tratado filosófico o un discurso político, una obra histórica, sociológica o el arte narrativo”.
SP:      “Hija del epitafio y el epigrama, concebida en realidad como un atajo a cualquier tema imaginable, la poesía es un riguroso ordenancista de la prosa. Enseña a esta última no sólo el valor de cada palabra, sino también las inconstantes formas mentales de la especie, las alternativas a la composición, el don de omitir lo evidente, el énfasis en el detalle, la técnica del anticlímax (...).  La poesía simplemente es más antigua que la prosa y por eso ha cubierto una distancia mayor. La literatura empezó con la poesía, con el canto de un nómada que antecede a los garabatos de un poblador”.
BOA.    La antigüedad de la poesía...  Esto nos lleva a un gran poeta y a un gran libro. Sabés que me refiero a Héctor Murena, cierto?
SP.      Sí, ya sé. Te referís a su libro LA METAFORA Y LO SAGRADO, seguramente?
BOA:     Claro, qué otro! El apoya  la teoría de que la poesía fue el lenguaje primero, el primordial entre el primer hombre y su Dios. Analiza el valor del silencio, concretado en esa página blanca que espera a que signos verdaderamente valiosos la invadan.
Y escribe sobre una Camisa Paradisíaca, de esta manera: “Se narra que en un poblado jasídico una noche, al final del Sabat, los judíos estaban sentados en una mísera casa.  Eran todos del lugar, salvo uno, a quien nadie conocía, hombre particularmente mísero, harapiento, que permanecía acuclillado en un ángulo oscuro.  La conversación había tratado sobre los más diversos temas. De pronto alguien planteó la pregunta  sobre cuál sería el deseo que cada uno habría formulado si hubiese podido satisfacerlo.  Uno quería dinero, el otro un yerno, el tercero un nuevo banco de carpintero, y así a lo largo del círculo.  Después que todos hubieran hablado, quedaba aún el mendigo en su rincón oscuro.  De mala gana y vacilando respondió a la pregunta. Dijo: “Quisiera ser un rey poderoso y reinar en un vasto país, y hallarme una noche durmiendo en mi palacio y que desde las fronteras irrumpiese el enemigo y que antes del amanecer los caballeros estuviesen frente a mi castillo y que no hubiera resistencia y que yo, despertado por el terror, sin tiempo siquiera para vestirme, hubiese tenido que emprender la fuga en camisa y que, perseguido por montes y valles, por bosques y colinas, sin dormir ni descansar, hubiera llegado sano y salvo hasta este rincón. Eso querría"”   Los otros se miraron desconcertados. “y ¿qué hubieras ganado con ese deseo?” preguntó uno de ellos.  “Una camisa”, fue la respuesta”.
SP:      “Qué es esta camisa? Ante todo un recuerdo del Reino.  Las peripecias que el mendigo narra resultan claras.  Quisiera haber sido rey.  Fue rey, por cierto.  El mendigo es el hombre: todo hombre es AHORA mendigo.  Fue Adán. Tuvo su Reino, el Paraíso”.
BOA:    Sí, es un libro riquísimo. Analiza los cantos de los árabes y de Oriente en general. También el canto gregoriano, todos ellos con sus contrastes de palabras y silencios.  Y agrega : “En la poesía, la palabra caída tiene de nuevo ocasión de tornarse paradisíaca.  La poesía existe para salvar al mundo.  El lenguaje caído, juzgador, sólo es adjetivo, comentario, charla nociva.  La poesía no juzga, nombra mostrando, es sustantivo, crea, salva.”   A propósito, hay muchos autores y poetas que comparten estas teorías.  Entre ellos, Rilke...    
SP:       Claro, si mal no recuerdo, es en la Carta No. 1 al joven Kappus, donde dice: “Acérquese a la naturaleza. Entonces trate de expresar COMO UN PRIMER HOMBRE lo que ve y experimenta, y ama y pierde (...). Entonces tome usted sobre sí esa suerte y llévela, con su pesadumbre y su grandeza, sin preguntar jamás por la recompensa que pudiera llegar de fuera”.
BOA:      Acercándonos más a lo nuestro, recordemos al respecto del silencio y las palabras, un tramo de un poema de Enrique Banchs, enorme poeta argentino no demasiado difundido. Dice así: “¿Qué cantará el poeta / entre las altas murallas del silencio, / cuando sea su propia boca, gota / de silencio?”
SP:      Recuerdo a Joubert, que escribió: “No queriendo Dios otorgar a los hombres la verdad, les concedió la poesía”.  Y a Benedetto Croce. Según él: “Poesía es expresar la esencia de las cosas con la  esencia de las palabras.”
BOA:    Recordemos, Gladys, que nuestra querida amiga y poeta Ana Emilia Lahitte, en una nota titulada Sólo el Poema Pronuncia su Misterio donde manifiesta la innecesidad de explicar la poesía, escribe: “De ahí que el poema, intacto, sin intermediarios, sea para nosotros el intérprete por excelencia”, y  continúa enfatizando que NADA debe opacar la CONTEMPLACION del poema. Y agrega: “Porque de eso se trata: nada menos que de un gesto de lo SAGRADO, como cada cual lo entienda o se niegue a entenderlo”. Para terminar diciendo:”Nada puede superar la lección, la virtual ceremonia del texto desnudo. Nada como él para herirnos gozosamente. Para fecundarnos. Sólo el poema pronuncia su misterio.”

SP:       Estas palabras me hacen recordar en este momento algo que vos misma  me relataste alguna vez. Creo que era una pequeña prosa de Rabindranath Tagore, donde se mencionaba a un hombre muy humilde, que recibía una carta... Te acordás?

BOA:  Sí, efectivamente. Un hermoso relato hindú, que leo:  “Al despertar esta mañana, me encontré su carta.  No sé qué dice, porque no sé leer; ni molestaré al sabio en la soledad de sus libros, porque él quizás tampoco entienda lo que dice. ¡Déjame que la apriete contra mi frente, que la estreche contra mi corazón! Cuando la noche se calle, y vayan saliendo las estrellas una a una, la abriré sobre mi falda y me estaré callado. Las hojas suspirantes me la leerán alto, el arroyo atropellado me la irá cantando, y las siete estrellas sabias me la rezarán desde el cielo.  ¡No encuentro lo que busco! ¡No puedo comprender lo que quisiera! ¡Pero esta carta sin leer me ha aliviado de mi carga y me ha hecho canciones mis pensamientos!”

SP:      Qué dos bellas imágenes: por un lado, la contemplación del poema y, por otro, una carta que nunca será leída.
BOA:    Y hablemos de los poetas, ahora.  El mismo Murena decía en otro tramo de su libro: “Aquel que come un manjar como si fuera pan común es uno que necesita y merece únicamente pan común, aquél que come pan común como si fuera un manjar es quien necesita y merece manjar. La poesía es el solitario vuelo de la fe que une dos montañas por sobre el abismo. Nada distinto es la vida”.
SP:      Me parece oportuno recordar ahora un Evangelio Apócrifo, el Nº 41, de Borges, que dice: “NADA SE EDIFICA SOBRE LA PIEDRA, TODO SOBRE LA ARENA, PERO NUESTRO deber es edificar como si fuera piedra la arena”
BOA:    Hay también un relato de Umberto Eco sobre Dante Alighieri y un herrero. Dice así: “Hay una historia que siempre se cuenta: Dante Alighieri encuentra un día en la calle a un herrero que mientras trabajaba cantaba La Divina Comedia y arruinaba todos los versos.  El Dante le saca los instrumentos y los arroja a uno y otro lado. “Qué hace, por qué arruina mi trabajo?”, le dice el herrero. “Usted hace lo mismo con el mío”, es la respuesta del Dante.  Esta historia nos revela que en una época en que no había ni siquiera imprenta, un poema difícil como el de Dante era conocido a nivel popular, inclusive por los analfabetos”.
SP:      Si de poetas hablamos, UNA MARIPOSA EN LA LAMPARA es el  título de un poema de Héctor Miguel Angeli: ¿“Quién es un poeta? / ¿El QUE Reparte el fuego,/ el domador, / el niño de la calle? / Miremos la luz: / Agitada por la mariposa / más visible nos parece. / Su congestión vivimos. /  De un poeta sólo sabemos / que muere si no arde”.

BOA:    Hay un Poema de  Blas de Otero que siempre llevo conmigo, titulado “En el principio”:  “Si HE Perdido la vida, el tiempo, todo/  lo que tiré, como un anillo, al agua, / si he perdido la voz en la maleza,/ me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo / lo que era mío y resultó ser nada, / si he segado las sombras en silencio, / me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro / puro y terrible de mi patria, / si abrí los labios hasta desgarrármelos, / me queda la palabra”.
 A propósito de este poeta, Eduardo  Galeano le dedicó esta pequeña prosa: “Ni diez personas iban a los últimos recitales del poeta español Blas de Otero. Pero cuando Blas  de Otero murió, muchos miles de personas acudieron al homenaje fúnebre que se le hizo en una plaza de toros de Madrid.  El no se enteró”.

SP:      Otro grande, Raúl  González Tuñón, dice en su EPITAFIO PARA LA TUMBA DEL POETA DESCONOCIDO: “Fue un Poeta de su vida y de la vida./ Porque además de diálogo del /hombre con su época/ la poesía es un estado de ánimo, /fue siempre el suyo un vago amar / y sentir y esperar no se sabe qué cosas/ y no pudo escribir ni un solo verso. / La muerte, la inquirida tía de las muchachas/ se lo llevó una tarde azul desprevenido./ Murió de inanición, como Meg Merrillies, / la que en vez de cenar contemplaba /fijamente la luna sobre el bosque”.

BOA:    Un Poema de Antonio Requeni,  Oscuro Fuego: “Quién necesita que yo escriba? / Sin embargo es hermoso / vivir por la belleza, aproximarse / al fuego oscuro en el que arde /la fiesta y el misterio de la vida. / Aunque a nadie le importe. / Brilla en la noche el verso / bello y desamparado / como un cuerpo desnudo”. 
Esa hermosa poeta polaca, Wislawa Szymborska, Premio Nobel de Literatura 1996 alguna vez escribió: “No practico una elevada filosofía, sólo una poesía modesta”.
Frase Raúl G. Aguirre sobre poesía electrónica ( final). “Por EL momento, será necesario que la tarea de escribir poemas quede a cargo de los seres humanos. Esto, después de todo, no es tan grave, ya que todavía se los encuentra en apreciable cantidad en este mundo”..(en pág. 220)
Federico, y quién no sabe a qué Federico nos referimos, expresó, en una entrevista que le hizo Angel Lozano en 1935: “LES VOY A CONFESAR ALGO. A veces, cuando veo lo que pasa en el mundo, me pregunto: ¿Para qué escribo?  Pero hay que trabajar, trabajar.  Trabajar y ayudar al que lo merece.  Trabajar aunque a veces piense uno que realiza un esfuerzo inútil.  Trabajar como una forma de protesta.  Porque el impulso de uno sería gritar todos los días al despertar en un mundo lleno de injusticias y miserias de todo orden. “Protesto! Protesto! Protesto!”.

SP: Y ahora, para cerrar esta idea a dos voces, nada mejor que hacerlo con la palabra de Pablo Neruda, en tramos de su discurso al recibir el Premio Nobel de Literatura en 1971. El, como muchos de los participantes de nuestra Asociación de Poetas Argentinos, abrevamos en la teoría de que el poeta es un trabajador. Y lo dijo así:
“A menudo expresé que el mejor poeta es el hombre que nos entrega el pan de cada día: el panadero más próximo, que no se cree dios. El cumple su majestuosa y humilde faena de amasar, meter al horno, dorar y entregar el pan de cada día, con una obligación comunitaria. Y si el poeta llega a alcanzar esa sencilla conciencia, podrá también la sencilla conciencia convertirse en parte de una colosal artesanía, de una construcción simple o complicada, que es la construcción de la sociedad, la transformación de las condiciones que rodean al hombre, la entrega de la mercancía: pan, verdad, vino, sueños. Si el poeta se incorpora a esa nunca gastada lucha por consignar cada uno en manos de los otros su ración de compromiso, su dedicación y su ternura al trabajo común de cada día y de todos los hombres, el poeta tomará parte en el sudor, en el pan, en el vino, en el sueño de la humanidad entera.  Sólo por ese camino inalienable de ser hombres comunes llegaremos a restituirle a la poesía el anchuroso espacio que le van recortando en cada época, que le vamos recortando en cada época nosotros mismos. (...)
BOA: Neruda  terminó su alocución diciendo:
“Hace hoy cien años exactos, un pobre y espléndido poeta,  el más atroz de los desesperados, escribió esta profecía: “Al amanecer, armados de una ardiente paciencia, entraremos a las espléndidas ciudades”.
Yo creo en esa profecía de Rimbaud, el vidente. Yo vengo de una oscura provincia, de un país separado de todos los otros por la tajante geografía. Fui el más abandonado de los poetas y mi poesía fue regional, dolorosa y lluviosa. Pero tuve siempre confianza en el hombre.  No perdí jamás la esperanza. Por eso tal vez ha llegado hasta aquí con mi poesía y también con mi bandera.
En conclusión, debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud: sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres.
Así la poesía no habrá cantado en vano”.


PROGRAMA EMITIDO EL 10/05/2012

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