GEMIDO DE LA LUNA
Para qué buscás cegarte los cabellos
si le quitás los latidos al aire!.
Ningún hombre ve lo que yo en tu abismo
y estabas al sur de mi infierno, ¡para qué!.
Al espiar por una grieta del tiempo
ser el niño que ha pecado al ver a Dios desnudo
dentro de los ojos de nuestros muertos.
Ese gesto de tus labios cuando me mostrás desprecio
y algo de insolencia creciendo por tus pechos,
¡para qué!, hasta que tu boca en sed del poema
se quede ciega de nombrar mi sexo,
el silencio del suicida para el último verso
y luego tu cuerpo en mi cama
hasta que seas la más puta de todas
dentro del gemido de la luna que es hembra en celo
como vos que amás
fingiendo que existe la poesía
después de tanto dolor.
POETA TUCUMANO
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